11/01/2022
Medir el impacto medioambiental gracias a prácticas de análisis de datos cada vez será más importante a la hora de garantizar que las empresas obtienen resultados de proyectos ASG.
De esta manera, se consigue tomar decisiones basadas en datos que tengan en cuenta el impacto sostenible y de paso generar una mayor transparencia ante los stakeholders.
Según Deloitte, el 53% de las empresas de servicios financieros dicen que la sostenibilidad es —o se está convirtiendo— en algo “central” para la organización.
En 2020 los fondos ASG recibieron un total de 5.100 millones de dólares y se estima que en este 2022 la inversión siga creciendo y de paso creando nuevos puestos de trabajo para las empresas que lo apliquen.
Cada vez la sociedad es más consciente en la importancia de la sostenibilidad. Un estudio de BCG reveló que el 70% de las personas son más conscientes de los problemas climáticos ahora que antes de la pandemia de COVID-19, y el 40% planea adoptar comportamientos más sostenibles.
Debido a esto, tanto clientes como inversores se fijan más en los esfuerzos de sostenibilidad que las empresas llevan a cabo antes de interactuar con ellas.
La transición a las energías renovables también afectará a las organizaciones en 2022. Según un informe de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), se produjo un crecimiento de 8% en el uso de las energías renovables en 2021. Sin embargo, este crecimiento no es suficiente para mantener el ritmo de la demanda mundial, y la brecha podría desafiar a las empresas a ser más eficientes con el uso de la energía.
Cada día la transparencia empresarial es más importante. Como ya vimos antes, el trabajar con bases de datos y el cambio en la demanda de los clientes y accionistas exigen que las empresas sean más transparentes. La normativa de la ONU ya exige a las organizaciones que superan un determinado tamaño que informen sobre los datos medioambientales para que todos los interesados puedan ver los esfuerzos realizados y exigir responsabilidad a las compañías.